La dinámica actual del mundo nos sumerge en un continuo flujo de transformaciones en diversos ámbitos, tales como lo tecnológico, lo social, lo económico, la productividad y el medio ambiente, entre otros. Cada día, nuevas dinámicas emergen con la finalidad de no solo gestionar, sino también liderar estos cambios en busca de mejoras que impulsen el avance y el progreso de la civilización. En este contexto, la era digital ha surgido como una fuerza poderosa, influyente y transformativa que redefine la manera en que interactuamos y operamos. El poder de la conectividad digital es innegable, como lo revela el incremento exponencial en el número de individuos conectados a redes digitales. Según la OCDE (2019a), más del 50% de la población global se encuentra conectada en la actualidad, en comparación con tan solo el 4% registrado en 1995. Este hecho demuestra la creciente importancia de la comunicación y la interconexión como pilares fundamentales para generar cambios significativos en la sociedad. La amalgama de cambios tecnológicos, la penetración global, la intensa competencia, la flexibilización de los procesos y la agilidad en la innovación han desencadenado una carrera desafiante para que las empresas abracen la era digital. González Varona (2021) resalta que la capacidad de adaptarse a las tendencias tecnológicas emergentes se ha vuelto crucial para la supervivencia empresarial. Aquellas organizaciones que no logren adecuarse a la nueva economía digital corren el riesgo de quedar atrás, víctimas del "darwinismo digital". La asimilación exitosa de las nuevas tecnologías digitales se presenta como un factor determinante para mantener la competitividad y el crecimiento futuro de las organizaciones. En este sentido, Berman (2012) hace hincapié en la necesidad de desarrollar un conjunto diverso de capacidades de transformación digital, que brinden a las organizaciones la flexibilidad necesaria para responder con agilidad a los cambios rápidos y redefinir sus propuestas de valor y modelos operativos. En el contexto expuesto, surge la imperiosa necesidad de llevar a cabo una investigación que arroje luz sobre el conocimiento y la implementación de la transformación digital en las pequeñas y medianas empresas (pymes) de la ciudad de Montería. La medición de la competitividad y la productividad empresarial en función de su capacidad de adaptación a esta revolución digital se erige como un objetivo fundamental. Además, la identificación y comprensión de las brechas digitales presentes en el tejido empresarial son esenciales para abordar las implicaciones y desafíos que conlleva la transformación digital en el mundo empresarial actual. The current dynamics of the world immerse us in a continuous flow of transformations in various areas, such as technology, society, economy, productivity, and the environment, among others. Every day, new dynamics emerge with the aim of not only managing, but also leading these changes in search of improvements that drive the advancement and progress of civilization. In this context, the digital era has emerged as a powerful, influential, and transformative force that redefines the way we interact and operate. The power of digital connectivity is undeniable, as revealed by the exponential increase in the number of individuals connected to digital networks. According to the OECD (2019a), more than 50% of the global population is currently connected, compared to only 4% in 1995. This fact demonstrates the growing importance of communication and interconnection as fundamental pillars to generate significant changes in society. The amalgamation of technological changes, global penetration, intense competition, flexible processes, and agility in innovation have triggered a challenging race for companies to embrace the digital age. González Varona (2021) highlights that the ability to adapt to emerging technological trends has become crucial for business survival. Those organizations that fail to adapt to the new digital economy run the risk of being left behind, victims of "digital Darwinism." The successful assimilation of new digital technologies is presented as a determining factor to maintain the competitiveness and future growth of organizations. In this sense, Berman (2012) emphasizes the need to develop a diverse set of digital transformation capabilities, which provide organizations with the flexibility necessary to respond with agility to rapid changes and redefine their value propositions and operating models. In the context described above, there is an urgent need to carry out research that sheds light on the knowledge and implementation of digital transformation in small and medium-sized enterprises (SMEs) in the city of Monteria. Measuring business competitiveness and productivity based on their ability to adapt to this digital revolution is a fundamental objective. In addition, identifying and understanding the digital gaps present in the business fabric are essential to address the implications and challenges that digital transformation entails in today's business world.